sábado, 18 de junio de 2011

LLAMARME GUANCHE

LLAMARME GUANCHE




Llamarme guanche.

Hijo de los volcanes y las lavas.

Llevar la frente alta.

Tener al corazón hecho de libertades.

Llamarme guanche, nada más.

Mi patria: un negro malpaís;

mi flor: una retama.

Beber el agua de una fuente,

descansar bajo un pino,

tener la mar que me separa

de todo aquello que no quiero

y que me ata.

Llamarme guanche.

Labrar puntas de lanza,

darle vueltas al barro

y que el gánigo nazca.

Caminar sin caminos,

subir a la montaña,

mirar entre las nubes.

San Borondón lejana...

Tallar con la tabona

en una añepa larga.

En cada beñesmén

recoger de la tierra

yrichen, yayo, tano,

beber ahof de hara.

Dar gracias a Achamán.

Labrar una obsidiana

para mirar mi rostro

de hombre libre

cuando nace Magec, cada mañana.

Llamarme guanche.

Enterrar a mis muertos en paz.

No saber nada.

Que el mundo se limite

al norte en un volcan;

alrededor la playa.

Llamarme guanche.

Hundir a los navíos y a las barcas

que abrieron en la mar

caminos a la isla,

para robar su calma...

Estarme solo.

Esta es mi tierra humilde,

ésta es mi humilde patria.

Tener el corazón hecho de libertades.

Llevar la frente alta.

Llamarme guanche,

hijo de los volcanes y las lavas...



Carlos Pinto Grote

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